El pasado 16 de agosto, la localidad pacense de Magacela
volvió a ser escenario de una de sus citas deportivas más conocidas como es
la XIV Milla Vertical Guerrero de Magacela. Una carrera singular
por su formato, su dureza y su entorno, que cada verano atrae a corredores de
diferentes edades y niveles. Este año, entre todos los participantes,
estuvieron Emilio, Javier, Elena y Teresa, quienes añadieron nuevos
kilómetros solidarios al proyecto Kilómetros por Sonrisas.
La prueba arrancó a las 21:00 horas desde la Plaza
del Pilar, en pleno centro del municipio, y llevó a los corredores hasta la
entrada del Castillo de Magacela, uno de los símbolos de la localidad. Aunque
la distancia es corta, el recorrido es más que exigente debido a que en apenas
una milla de longitud, se encuentran 175 metros de desnivel y rampas
que alcanzan un 30,20% de pendiente máxima. Por ello, es una competición
que une tanto la intensidad del esfuerzo con el atractivo de un recorrido
histórico y con mucho ambiente popular.
Las categorías abarcan desde los más pequeños, con
recorridos adaptados para prebenjamines, benjamines y alevines, hasta los veteranos, lo que convierte a la carrera en una auténtica fiesta
deportiva intergeneracional. Además, se reparten premios en metálico y trofeos
a los primeros clasificados, junto con un reconocimiento especial a los
ganadores absolutos.
Pero la presencia de Emilio, Javier, Elena y Teresa tuvo un
valor añadido. Más allá del reto deportivo, su participación estuvo ligada a la
iniciativa #KmXSonrisas, que convierte cada carrera en un impulso
solidario a favor de la labor de la Fundación
Theodora. Gracias a este proyecto, los kilómetros recorridos en pruebas
como la Milla Vertical de Magacela se traducen en apoyo para
que los Doctores Sonrisa puedan visitar a niños hospitalizados en
diferentes puntos de España.
Y es que La Milla Vertical sirvió para poner a prueba la
capacidad física de los corredores en un trazado corto pero muy duro, pero
también fue un escaparate perfecto para demostrar cómo el deporte popular puede
combinarse con la solidaridad y con el compromiso social.
Para Emilio, Javier, Elena y Teresa, participar en esta
edición ha supuesto sumar un granito de arena más al contador de
kilómetros solidarios que se acumulan a lo largo de la temporada en
distintas pruebas del calendario nacional.
Con su esfuerzo en Magacela, se confirma que no importa la
distancia ni el formato de la carrera, ya sea en una milla vertical, en un
trail de montaña o en una prueba de asfalto, el proyecto Kilómetros por
Sonrisas sigue creciendo y demostrando que cada participación ayuda a ampliar
el alcance de una causa que conecta directamente deporte y solidaridad.
¿Te animas a convertir tus kilómetros en algo más? Súmate
al equipo de EuroTaller Theodora y Kilómetros por Sonrisas y haz que
cada carrera cuente y ayude a los demás.



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